viernes, 29 de octubre de 2010

El barrio Plaza Mitre y el chalet marplatense

El Barrio Plaza Mitre, comprendido entre las calles Santa Fe, Alvarado, Catamarca y Bolívar actualmente está siendo objeto de una acelerada e inadecuada transformación. Es uno de los barrios emblemáticos de la ciudad, desarrollado principalmente en las décadas del 30 y del 40, que cuenta en su emplazamiento arquitectónico, con numerosas viviendas de estilo entre los que se destaca el denominado “chalet marplatense”.

Este estilo arquitectónico derivado del pintoresquismo de las grandes villas veraniegas, tomó de ellas sus materiales nobles y los adaptó en menor escala a viviendas más pequeñas, pero no por eso menos interesantes en cuanto a su manufactura artesanal. Con sus fachadas recortadas, sus frentes de piedra y sus veredas de lajas, profusamente arboladas; con sus chimeneas y sus tejas españolas; con sus trabajos artesanales en hierro y en madera de sus puertas y ventanas; con sus típicos porches y sus hermosos jardines, estos chalets marplatenses, se hicieron de un nombre propio, y contribuyeron a hacer de Mar del Plata la “ciudad jardín” que todos querían visitar.

Actualmente el Barrio Plaza Mitre, se encuentra nuevamente, en la mira de los grupos de inversores inmobiliarios, poniendo en grave riesgo su patrimonio arquitectónico, que por olvido, por desidia, o por falta de un justo reconocimiento, ha quedado excluido de normativas que lo protejan.

Existen varios factores que intervienen en este proceso de descontextualización de la zona, una de las de mayor demanda inmobiliaria. Entre estos factores caben destacar:

1) Su proximidad al radio céntrico y su articulación entre éste y la zona de Güemes, que lo hacen particularmente interesante. 2) Proximidad a arterias comerciales, destacándose Av. Independencia, Av. Colón, y la calle Alberti, con gran variedad y calidad de propuestas. 3) Su aceptable nivel de seguridad, dado entre otras cosas, por ser un barrio tradicional, habitado en forma regular durante todo el año. 4) Sus espacios verdes. Cuenta con unas de las plazas más concurridas de la ciudad, Plaza Mitre, pulmón verde que abarca cuatro manzanas. Además de poseer un alto porcentaje de veredas arboladas con ejemplares añosos. 5) Prestigiosas Instituciones educativas, como el Colegio Nacional, La Escuela Nº 6, el Colegio Mar del Plata y FASTA, entre otros. 6) Además de contar con todos los servicios, posee una gran oferta relativa al transporte público, con numerosas líneas que permiten acceder prácticamente a todos los lugares de la ciudad. 7) Todo esto contribuye a mantener el valor de reventa de las propiedades.

En los últimos años Plaza Mitre ha sido uno de los sectores preferidos por los profesionales, concentrando unos de los porcentajes más altos de la ciudad. Elegido por médicos, dada su cercanía al Hospital Materno Infantil y a la Cínica del Niño y la Madre; por Abogados, que prefirieron esta zona para instalar sus estudios, dada su proximidad a Tribunales y a Juzgados. También Estudios Contables, Escribanías, Compañías de Seguros, Instituciones públicas y privadas mantienen una permanente demanda sobre el sector, convirtiéndose en los preservadores naturales de su patrimonio arquitectónico, dado que el uso profesional poco afecta a lo estructural de los chalets de estilo, tan buscados por quienes quieren ofrecer a sus clientes una atención en un ámbito jerarquizado. El sector profesional es un recurso valioso que tienen los propietarios de los chalets para conservar sus viviendas cuando la mantención de estos chalets resulta demasiado onerosa.

Sin embargo hoy el Barrio Plaza Mitre es tierra de nadie, o mejor dicho, de algunos que en nombre del progreso nos privan de la armonía de un entorno tan arraigado en la historia de los marplatenses. Por falta de una normativa proteccionista, y avalado por una alta demanda de departamentos, sobre todo impulsada por la gran ola de inseguridad, vemos como la piqueta irrespetuosa de la historia, viene demoliendo a pasos agigantados, hermosos exponentes del “chalet marplatense”, obras de los más destacados arquitectos y constructores, que debieron haberse preservado por su valor patrimonial arquitectónico.

En su lugar se erigen edificios, no siempre de buen gusto y generalmente excedidos en las alturas óptimas, alterando la armonía del conjunto, descontextualizando la fisonomía del paisaje urbano, generando lúgubres conos de sombra y molestos corredores de viento, comprometiendo seriamente el abastecimiento normal de los servicios públicos; en fin, dañando irreparablemente uno de los barrios más pintorescos y tradicionales de la ciudad. De esta ciudad jardín que, para beneficio de unos pocos, y sin atender el bien de todos, está quedando práctica y literalmente ahogada en cemento.

Stella Maris Roldán

viernes, 1 de octubre de 2010

Chalet "Roque Suárez"

CONOCIENDO AL DETALLE NUESTROS BIENES PATRIMONIALES
Ficha 1ra. Edición - Septiembre de 2010
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Etiquetas adicionales: Alula Baldassarini, La Franca, Tío Curzio.

martes, 27 de julio de 2010

El patrimonio arquitectónico marplatense totalmente desprotegido por la normativa local

Cuando se crea en 1995 el Código de Preservación Patrimonial (CPP) por Ord. 10.075, y se lo acompaña de un listado de bienes, puntuales y de pequeños conjuntos, ya existían estudios que planteaban la conveniencia de crear Áreas Patrimoniales. Éstas tendrían por objeto salvaguardar conjuntos mayores, pero por sobre todo mantener la situación de armonía respecto del contexto urbano en el que los bienes patrimoniales se hallaban. Su determinación implicaba, como medida mínima, establecer a través del Código de Ordenamiento Territorial (COT) indicadores particularizados en cuanto a retiros, alturas máximas y tipologías edilicias. No hubo voluntad política de establecerlos, ni entonces ni después, y así el patrimonio arquitectónico debió soportar graduales transformaciones del tejido urbano que los sometería a una constante descontextualización. 

Sin embargo, esa situación inicial distaba de ser la más grave. En aquel año regía un COT que para la zona de la loma de Stella Maris –por citar como ejemplo un sector más que significativo en cuanto a la presencia de bienes patrimoniales- determinaba sobre la costa un Distrito E5b (Equipamiento y Residencial de Baja Densidad), y un Distrito R7 (Residencial Parque de Baja Densidad) hacia el interior del trazado. El primero establecía una altura máxima de edificación de 8,80 m (3 niveles), permitiendo alturas levemente mayores cuando se realizaran tipologías que no generaran medianeras, no pudiendo superarse en todo caso los 15,20 m (5 niveles), mientras que el segundo no admitía alturas mayores a los 7 m (2 niveles). Vemos que para este sector en el que encontramos obras destacadas como Villa Ortiz Basualdo, Villa Normandy, Chateau Frontenac, numerosos chalets como “Roesli”, “La Cenicienta”, entre otros de quien fuera el padre del “pintoresquismo marplatense” el Arq. Alula Baldassarini, el COT de entonces era bastante benévolo en cuanto a la conformación del tejido urbano que los contenía. 

Claro que aún quedaban puertas abiertas por las cuales generar situaciones desfavorables al contexto, y cuando no se las abría a través de las “excepciones”. Y esas cosas sucedieron, y como siempre fue más fácil convalidar y generalizar el error que enmendarlo, se fueron realizando modificaciones en los Distritos para “ajustarlos a la realidad”. Analizando el COT actualizado en el año 2000, podemos ver que el sector costero había sido rezonificado como Distrito R3 (Residencial de Densidad Media) y este avanzaba ahora hacia el interior del trazado tomando gran parte de la loma Stella Maris. La altura máxima se elevaba a 13,60 m (4 / 5 niveles, pudiendo ajustarse a la altura de una medianera existente, si ésta ya superaba lo establecido), y 18,80 m (6 / 7 niveles) cuando se desarrollaran tipologías de perímetro libre. Este aumento en los indicadores agravaría el proceso de descontextualización e incrementaría la presión inmobiliaria sobre los bienes patrimoniales. La crisis económica fue un respiro temporal; la recesión dejaba a la actividad de la construcción en espera de tiempos mejores para hacer uso de ese potencial edificable de los distritos urbanos. 

Como forma de acelerar la llegada de esos “tiempos mejores” para la construcción, y cuando nada parecía ser peor para el patrimonio arquitectónico, se diseña un Régimen de Promoción, basado en el incremento de los indicadores del COT. La Ordenanza 15.203/2003 continuamente prorrogada, ahora hasta el 31 de enero del 2011 (Ord. 19.605/2010), por su parte plantea un incremento del 30 % en el FOT (es decir, cantidad total de m2 edificables) y en la Densidad Poblacional. Si bien esta ordenanza no daña directamente a los bienes patrimoniales, ya que no puede ser aplicada ni sobre las manzanas frentistas a la costa ni en inmuebles incluidos en el listado de Ordenanza nº 10.075 aún “cuando fueran desafectados de la misma o demolidos”; al combinarse con la Ord. 19.281 y modificatoria (Ord. 19.318/2009) que autoriza la “superación del plano límite”, pudiendo sumarse hasta dos nuevos pisos, se potencia el daño sobre los bienes patrimoniales al permitir la generación de un contexto más agresivo. Por otra parte, esta última ordenanza no exceptúa a los inmuebles incluidos en el listado del CPP, como bien hace la 19.605, con lo cual aumenta la presión inmobiliaria sobre los bienes patrimoniales, con el consiguiente aumento en los “pedidos de desafectación”. 

Pero faltaba algo para debilitar todo intento de protección: Allanar el camino hacia las desafectaciones. Surgen así las modificaciones al CPP, Ord. 19.660 de marzo de 2010, por las cuales se pasa a privilegiar el interés del privado por sobre el de la comunidad, y el patrimonio más vulnerable, el de categoría C, que es de escala menor en cuanto a los criterios de valoración establecidos, pero no necesariamente en cuanto significado o apreciación por parte de la comunidad (y que incluye a lo que quizá sea lo más representativo y auténtico de la ciudad como lo son los “chalets pintoresquistas marplatenses”), sufren una sub-categorización en dos grandes grupos: los de contexto homogéneo y los de contexto heterogéneo, con tres sub-categorías cada uno, habilitando la ultima de ellas, la figura de “sustitución”. Entre las variables a tener en cuenta para determinar la sub-categoría se encuentran: La voluntad del propietario en mantener la declaratoria de bien de interés patrimonial, el estado de conservación del inmueble (que en muchos casos es consecuencia de la voluntad del propietario), el mantenimiento de la armonía con el contexto (y ya vimos como el COT, y las ordenanza recientes, alientan esa pérdida de armonía). Resultan entonces variables, que permiten una movilidad en la valoración, y un arribo tarde o temprano a una sub-categoría que admitirá la sustitución, es decir: demolición del bien patrimonial y construcción de obra nueva. La reciente ordenanza por la cual se autoriza “sustituir” el chalet “San José” (Baldassarini-1927) es un ejemplo de ello. 

Intentan justificar estas decisiones diciendo que hay bienes y su contexto que se han dañado irreversiblemente. La teoría y la práctica en restauración, ampliamente conocida y aplicada por profesionales locales de reconocida trayectoria en la materia, y las acciones de demolición en pos del mejoramiento urbano, como las llevada acabo en las manzana 115 frente al Casino Central (por más que sea un recurso hoy excepcional, que puede implicar muchos años de espera) nos demuestran que la recuperación es posible mientras se preserve el bien. Pueden y deben darse entonces las modificaciones a las normativas que eviten caer en esas situaciones extremas y permitan un tejido urbano, donde conservación de los testimonios de la historia y generación de nuevos paradigmas arquitectónicos se desarrolle en forma armónica y donde se desaliente realmente la demolición de lo que se quiere proteger. 

De todo lo expuesto surge una clara visión del retroceso que en materia de preservación de nuestros bienes culturales, en este caso arquitectónico-patrimoniales, ha sufrido la ciudad en los últimos meses. Con las ordenanzas dictadas y el lugar que se hace a los pedidos de desafectación, han dejado a nuestro patrimonio más sensible totalmente desprotegido.

Arq. Cristian Javier Andreoli

lunes, 14 de junio de 2010

Chalet San José - Nota al Intendente por Ordenanza que autorizó su "sustitución"

Expediente 2010-7827/5
(Nota que fue acompañada por más de 1.100 firmas)


Mar del Plata, 13 de junio de 2010

Sr. Intendente Municipal
CPN Gustavo Pulti
S           /            D


Los vecinos abajo firmantes, estamos viendo con preocupación el mal trato que está sufriendo el patrimonio arquitectónico y urbano reconocido de nuestra ciudad en general, y en particular aquel que más la identifica: el “chalet pintoresquista marplatense”. También vemos con preocupación el deterioro que sufre día a día el contexto en el que están situados, causado por la falta de contemplación en el Código de Ordenamiento Territorial (COT) de indicadores particularizados para protegerlos, cuando no por el otorgamiento de excepciones al mismo.

Por otra parte, vemos en las recientes modificaciones introducidas al Código de Preservación Patrimonial (CPP), un debilitamiento aún mayor en la posibilidad de su preservación, al dar más importancia al interés particular del propietario, que al interés de toda la comunidad en preservar los testimonios de su historia.

El COT permite la heterogeneidad del paisaje urbano, la heterogeneidad permite que baje la categoría del bien patrimonial, y este descenso en la categoría permite, debido al nuevo CPP, que el bien se pueda sustituir por obra nueva. Esto condena a la desaparición del “chalet pintoresquista marplatense” y significa una distorsión del concepto de patrimonio arquitectónico y urbano.

Tal es el camino seguido por el recientemente desafectado chalet “San José”, bien que tiene además la particularidad de ser obra de uno de los arq.-ing. que más impulso dio al estilo mencionado: Alula Baldassarini.

Otras obras del autor seguirán el mismo camino si no se corrige esta perversa falta de coordinación COT-CPP. El deterioro del contexto del emblemático conjunto de los chalets de Bvard. P. P. Ramos, Av. Colón, Paunero y Bolivar, conocidos como Roesli, Susuky, La Cenicienta, Muñiz, es un ejemplo de ello.

Por otra parte, y si bien se reconoce las particularidades por la que puede transitar cada obra, creemos que la desafectación a la que hace lugar el municipio, impide además que ingresen recursos en concepto de sanciones, que permitirían asistir a otros bienes patrimoniales privados, que por dificultades reales de sus propietarios no se encuentren mantenidos como se debiera.

Por lo expuesto, le solicitamos Sr. Intendente, que vete la reciente ordenanza de desafectación/ sustitución del chalet “San José” (Bernardo de Irigoyen 2400 esquina Bvard. Marítimo P. P. Ramos, Nomenclatura Catastral I-E-87a-1); se detenga la desafectación de otros bienes patrimoniales (chalet Rodríguez Etcheto, Villa Carmen, Villa Rocca, Esquina de Belgrano e Yrigoyen, entre muchos otros) hasta tanto se logren las correcciones y los mecanismos de articulación COT-CPP, en beneficio de la preservación de nuestro patrimonio arquitectónico y urbano.

Sin más, le saludamos a Ud. muy atentamente.


               Firma                                            Aclaración                               DNI
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domingo, 13 de junio de 2010

Abrazo al chalet San José

(0223.com.ar, 13/06/2010)


------- PS -------

PARA RECORDAR


Ordenanza que autoriza la “sustitución” del chalet San José (firmada por el Presidente del HCD, Arq. Marcelo Artime) y Decreto de Promulgación de la Ordenanza (Firmado por el Secretario de Planeamiento Urbano, Arq. José Luís Castorina y el Intendente Municipal, CPN Gustavo Pulti).