jueves, 18 de abril de 2013

Patrimonio Arquitectónico y Cambio Climático


El patrimonio arquitectónico marplatense no sólo es constructor de identidad y un recurso turístico, sino que también aporta a mantener condiciones ambientales adecuadas para afrontar las consecuencias del cambio climático en la ciudad.


En estos días, en que las consecuencias del cambio climático hacen repensar la forma en la que se está construyendo en nuestras ciudades de modo que puedan afrontar los embates meteorológicos, el patrimonio arquitectónico-urbano fortalece una de sus dimensiones valorativas a partir del aporte que realiza al mantenimiento de condiciones ambientales adecuadas para ese fin.

Los estudios que sobre esta problemática llevó adelante el BID, según fue anunciado recientemente (2013) por el Intendente Gustavo Pulti, revelan que “el principal problema es la impermeabilización de los suelos”, de allí sus declaraciones respecto a que “la primera acción que tenemos que encarar es desimpermeabilizar porque necesitamos recuperar suelo verde con capacidad de absorción”.* 

Pues bien, el patrimonio marplatense se caracteriza por su pequeña escala, mayormente villas y chalets rodeados íntegra o parcialmente (frentes, laterales o patios que conforman el centro libre de manzana) por parques y jardines. Es decir, no sólo ocupan una menor proporción del suelo, sino que tienen vegetación que mucho contribuye a esa CAPACIDAD DE ABSORCIÓN. 

Esta contribución no es menor ya que se encuentran reconocidos cerca de 300 bienes patrimoniales en el área urbana, que si fueran protegidos con su contexto, es decir las construcciones aledañas de similares características, como venimos reclamando, el beneficio sería mucho mayor. 

Por si fuera poco, una de las características de muchos de nuestros bienes patrimoniales eran las veredas encespadas, trabajadas con piedra mar del plata y juntas abiertas, con las que se lograba una continuidad de verde y materialidad entre un chalet y otro. Si bien la deficiente transitabilidad de las mismas, producto del paso del tiempo y falta de mantenimiento, fue una de las causas de su reemplazo, no sería descabellado pensar en su recuperación agiornando los métodos de colocación. 

A pesar de estos aportes, el patrimonio de la ciudad está siendo DEVASTADO con la decisión que ha adoptado el Municipio en los últimos años de aprobar Ordenanzas de excepción a las normas de tejido urbano –con fundamentos arbitrarios y contradictorios- que permiten anexar a los bienes, o a las mutilaciones que dejan de los mismos, edificios en altura que terminan agotando el suelo absorbente y arrasando con especies arbóreas de valor. 

Como consecuencia de estas y otras ordenanzas ya se a deteriorado, o va camino a ello, la calidad patrimonial y ambiental de: VILLA LOBOS, VILLA LUJAN, CHATEAU FRONTENAC, CONJUNTO 11 DE SEPTIEMBRE, CHALET MINVIELLE, CHALET VALDIVIA DE GARCIA; o poniendo seriamente en riesgo por falta de medidas de protección a: VILLA ROCCA, VILLA CARMEN (Ex Hotel Lafayette), VILLA RICARDO o el mismísimo parque de la CASA DEL PUENTE. A la lista podríamos agregar lo irremediablemente perdido: CASA DE LOS CASEROS DE VILLA MARIA (Hoy un Bingo que ocupa el 100% del terreno), el CHALET SAN JOSE, y un sinnúmero de CHALETS ESTILO MAR DEL PLATA. 

El Municipio dispone de dos herramientas básicas para favorecer la preservación del patrimonio y el aporte que realizan a la ciudad: DESALENTAR la sustitución de los bienes, a través del establecimiento de normas de tejido urbano más restrictivas en torno a los mismos, y ALENTAR su permanencia a través de incentivos a la preservación. Sin embargo, hasta ahora se ha negado sistemáticamente a tratar estos temas. Esperamos que las advertencias climáticas recientes hagan reconsiderar el destino que se le está dando al patrimonio de nuestra ciudad.

Texto / Fotos: Cristian Andreoli